Los abuelos son únicos y deberían de ser eternos. La complicidad que un nieto tiene con su abuelo es especial y eso es indiscutible. Todos recordamos a nuestros abuelos como personas que nos comprenden, guardan nuestros mejores secretos, sacan nuestra mejor sonrisa y sus riñas son aprendizaje. Somos su mejor tesoro y ellos ocupan un lugar en nuestro corazón irremplazable.